Luego del proceso electoral, el pasaje del transporte público en Puebla nuevamente amenaza con aumentar, ante las recientes protestas de transportistas y las negociaciones con el gobierno del estado.
Aunque no se ha acordado una cifra, concesionarios y conductores de las rutas urbanas demandan que el precio rebase los 12 pesos, ya que actualmente se encuentra en 8 pesos con 50 centavos.
Esto bajo la premisa de que la tarifa vigente es de las más bajas del país, ya que la más alta es de 19 pesos y la más baja de 6.5 pesos.
Por lo anterior, esta semana los transportistas protestaron en Casa Aguayo, en exigencia de que la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT) atiendan sus demandas.
En entrevista este jueves, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina sentencio que no habrá un aumento este año y dejó el tema en manos de la nueva administración de Alejandro Armenta Mier, que entrará en funciones el 15 de diciembre.
En diversas ocasiones, el gobernador electo ha abierto la posibilidad de un aumento, aunque ha señalado que este tendría que venir acompañado de un programa de modernización de unidades, por lo cual contempla la conversión de motores de combustión interna a eléctricos, aunque con las unidades que circulan actualmente.
No obstante, apenas en 2019 hubo un aumento, autorizado por el gobierno del difunto exgobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, con la promesa de que el alza traería consigo una modernización.
Se prometio la renovación del parque vehicular, la instalación de cámaras conectadas al C5, así como botones de pánico, sin embargo, a la fecha nada se ha concretado.